A 45 minutos de Bogotá hay una montaña que a simple vista parce una más de los bellos paisajes montañosos que adornan nuestro país pero a la cual se le atribuyen poderes ancestrales y hasta hay quienes afirman que se trataría de un portal a otra dimensión. Se llama la Peña de Juaica, considerada por la cultura muisca como un lugar sagrado y la cual han llamado la atención de los amantes de temas extraterrestres, ya que presuntamente se han dado varios avistamientos de naves extraterrestres.
No obstante, cuenta la leyenda que allí también se perpetraron un centenar de suicidios, por lo que su carga energética y paranormal es muy diferente.
De acuerdo con Carlos
Ríos, ufólogo de la academia de parapsicolsicología Urantia, “Huaika traduce
para la cultura muisca como ‘Puerta hacia los dioses’, porque allí los
indígenas tenían contacto con otras realidades.
Quienes han sido seguran que han visto sucesos extraños allí y se dice que ese contacto sería con seres extraterrestres o de otras dimensiones, por eso desde la antigüedad este sitio ha sido tan importante”.
Quienes han tenido la oportunidad de viajar a la misteriosa Peña de Juaica aseguran que la energía que se siente es diferente e, incluso, hay quienes aseguran haber visto luces en el cielo, como si se tratara de naves extraterrestres. Pero, ¿en realidad qué tipo de secretos extrasensoriales encierra este lugar?
“No todo lo que veamos en el cielo es necesariamente de seres extraterrestres, a veces son energías inteligentes de algún tipo de ser que no pertenece a esta realidad, pero que se observa porque hay un paso o portal a otra dimensión.
Allí se pueden involucrar diversos tipos de explicaciones. De hecho, nosotros alguna vez estuvimos cerca al cerro, en la base, y allí se pudieron observar fenómenos bien interesantes y que tenían que ver de alguna manera con lo que estábamos haciendo, que era un proceso de interiorización y contacto con seres extraterrestres.
Efectivamente pudimos
observar luces arriba del cerro, pues esta es una zona que se presta mucho para
eso”, agregó Ríos.
Son tantas las leyendas que encierra este lugar, que incluso los mismos moradores de Tabio relatan que en 1990 Luis Heberto Rodríguez, un campesino que salía todas las mañanas a ordeñar a sus vacas, desesperación de forma misteriosa y luego apareció en Pitalito (Huila) asegurando que lo habían raptado seres de otro planeta. La noticia tuvo tanta trascendencia, que su testimonio acaparólos princiapels medio.
“Del aparato salía una
luz muy fuerte que al enfocar a mi caballo fue perdiendo sus fuerzas hasta
hincase en el suelo. Luego fui introducido en una cabina de cristal, donde
había tres seres con trajes plateados que me hicieron bajar los pantalones y me
colocaron un vidrio en la espalda. Siempre que la luz se encendía, yo perdía el
conocimiento y veía un túnel con muchas entradas, como si estuviera abordo de
un avión volando por escarpadas cordilleras”, fue su relato en el año 1991.