Miles de
millones de rayos que cayeron sobre la Tierra durante un largo periodo pudieron
ser la chispa que permitió la formación de la vida en nuestro planeta.
De acuerdo
con un nuevo estudio de científicos de las universidades de Yale y Leeds,
publicado el martes en la revista ‘Nature Communications’,
los rayos ocurridos durante mil millones de años podrían haber proporcionado
chispas de vida a la Tierra primitiva al desbloquear con el tiempo el fósforo
necesario para la creación de biomoléculas necesarias para la vida.
El fósforo
es un ingrediente clave necesario para la formación de la vida, pero no era
fácilmente accesible en la Tierra hace miles de millones de años. En su mayor
parte, el fósforo estaba encerrado firmemente dentro de minerales insolubles en
la superficie de la Tierra.
Los
científicos estimaron que la Tierra primitiva vio de 1 a 5000 millones de
relámpagos cada año, en comparación con los 560 millones de rayos que
caen sobre nuestro planeta cada año en la actualidad.
De esos
primeros destellos, entre 100 millones y mil millones habrían golpeado el suelo
anualmente. Eso sumaría entre 0,1 y 1 trillón de impactos, y bastante fósforo
utilizable, después de mil millones de años.
“Este
trabajo nos ayuda a comprender cómo se pudo haber formado la vida en la Tierra
y cómo aún podría estar formándose en otros planetas similares a la Tierra”, resalta en un comunicado el autor
principal, Benjamin Hess.