jueves, 20 de septiembre de 2018

¿Tiene el Internet estados de conciencia?

Que cerebro humano es un prodigio, no hay nadie que lo ponga en duda. Al contrario. Consigue sorprender a los científicos cada día y, por tal motivo, la administración americana ha destinado una ingente cantidad de dinero para desarrollar y desentrañar todos sus secretos. En 2013, Obama sorprendió al mundo destinando los primeros 100 millones de dolares para investigar ese fascinante y muy desconocido "planeta gris" que reposa sobre nuestros hombros. Así nació la iniciativa Brain, recibiendo un respaldo económico a la altura del reto neurocientífico que tenia por delante. Y es que en 2009, un equipo universitario brasileño, haciendo uso de una nueva técnica de medición, estimó que el cerebro humano tiene unas 86.000 millones de neuronas de media. A esa inmanejable cifra debemos añadir las múltiples conexiones que ligan a todas las células entre sí hasta conformar un "telar mágico" sobre el que fluyen las descargas bioeléctricas por todas direcciones. Tras lo cual, surge la maravilla de hacer que la materia piense y sienta. Ahora bien, la mera intención de cartografiar semejante maraña de neuronas y sinapsis supone acometer una tarea titánica. Pero mucho más difícil aún sería pretender reproducir tal entramado de conexiones en un laboratorio.

Aunque, un año antes de que el citado equipo brasileño de científicos midiera cuantas neuronas teníamos en la cabeza, Kevin Kelly, el fundador y director de la prestigiosa revista Wind, echaba otras cuentas. Wind es una publicación dedicada a analizar como la tecnología  afecta a la sociedad y la cultura, por lo que sus páginas siempre están muy atentas al impacto que cualquier innovación y desarrollo pudiera tener en nuestro mundo. Durante una charla pública, Kelly repasó los primeros 5000 días de la historia de Internet y advertía cómo la cantidad de transistores y enlaces que constituían la red de redes había alcanzado una cifre similar al numero de neuronas y sinapsis presentes en el ser humano.

Internet podría parecernos un descomunal cerebro, trabajar con electricidad y procesar información como un cerebro por una relevante cuestión: carece de conciencia. Aunque la conclusión no es tan directa, porque ¿cuando la materia adquiere conciencia de sí misma? ¿Podría Internet disfrutar de algunas propiedades mentales que no somos capaces de identificar desde fuera?

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Este planteamiento se lo ha hecho el neurocientífico Christif Koch, quien explora el nacimiento y posible presencia de la conciencia en toda clase de seres vivos desde sus congéneres de especie hasta las bacterias. Para Koch, el surgimiento de la conciencia no depende de la materia con la que está hecho nuestro cerebro sino de la manera en que interaccionan las neuronas entre sí. Por lo tanto, y en principio, si se pudiera replicar esa interacción, digamos que en el silicio dentro de un ordenador, se manifestarían los mismos fenómenos, incluyendo la conciencia, declaró a la revista The Atlantic en 2012. Y añadió "Internet ahora ya tiene un par de millones de nodos,. Cada nodo es un ordenador. Cada ordenador contiene un par de miles de millones de transistores, por lo que en principio es posible que la complejidad de Internet sea tal que parezca sentir algo de conciencia...Dependiendo del estado exacto de los transistores de Internet, podría sentirse triste un día y otro día feliz, o lo que fuera el equivalente de esos estados en el caso e Internet". Estaríamos hablando de ciertos estados de conciencia que no se deben identificar exactamente con los nuestros ni con nuestras emociones. Koch fundamenta su opinión en la Teoría de la Información integrada de Giulio Tononi, según la cual, la conciencia depende exclusivamente de cómo esté organizada la materia. Sería como la masa o la carga en las partículas subatómicas. Donde quiera que haya una entidad con múltiples estados, habría algo de conciencia. Lo interesante de la propuesta de Tononi es que la conciencia se podría medir matemáticamente porque dependería directamente de la información que se maneja y la manera en que se maneja...Además, este enfoque no cae en el "panpsiquismo" porque no admite que todas las cosas del Universo tengan conciencia, sino que ésta depende del modo en que se integra e interconectan la información a su alrededor. Tononi está haciendo pruebas para medir los procesos de conciencia en humanos y los primeros resultados han sido acogidos con gran interés por neurocientíficos y filosofos. Seguiremos muy atentos a sus nuevos avances e información de ellos.

Tribunal falla contra espionaje de Londres basado en filtraciones de Sno...



Un tribunal internacional de derechos humanos falló en contra del espionaje indiscriminado y violatorio de los derechos humanos realizados por los estamentos de seguridad de Reino Unido. La corte que basó sus investigaciones en recientes filtraciones de Edward Snowden, dictaminó que las acciones del gobierno británico viola los derechos y libertades individuales.

martes, 18 de septiembre de 2018

Este hallazgo probaría que los extraterrestres existen | Al Rojo Vivo | ...



Esta cueva en Vercruz, México, tiene en su interior dibujos que muestran figuras que no son humanas y que tienen contacto con ancestros indígenas.

El misterio de las Runas



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No existe un consenso por parte de los historiadores acerca del momento exacto en el que surgieron. Sin embargo, se estima que las primeras inscripciones rúnicas datan del año 150. En lo que sí coinciden es en que precedieron a cualquier otro tipo de escritura de pueblos germánicos y nórdicos, como los vikingos. Y en que eran utilizadas en rituales mágicos y como forma de adivinación. Talladas en sus armas y herramientas, se les atribuían poderes y hechizos que solo algunos sabios eran capaces de descifrar. Para los vikingos, sus misterios equivalían a los del I Ching para los chinos, la numerología para los judíos o el tarot para otros pueblos. Su origen es anterior a muchas formas de adivinación también propias, como el Tarot Vikingo.

Su uso trascendió a muchos pueblos, entre ellos los celtas, los vikingos y otros de origen nórdico. Cada uno de estos pueblos fue desarrollando su propio alfabeto, así como interpretación mágica de los símbolos. Todas ellas parten del Futhark antiguo, usado por las tribus germánicas. Las correspondientes a este alfabeto son las mostradas en esta página, por ser las que habitualmente se utilizan en las tiradas  y en los rituales mágicos de mayor antigüedad. Son también conocidas como runas vikingas.

Las runas celtas vienen del alfabeto rúnico llamado Futhorc. Según las versiones, el número que lo compone pueden ir desde las veintiséis hasta las treinta y tres. Se utilizaron también para la escritura de poemas, y como oráculo, al igual que las anteriores. El alfabeto que se utilizó de veintinueve es exactamente igual que el de las vikingas en sus veinticuatro primeras. A ellas se añaden cinco, cuyo significado es roble, fresno, arco, anguila y tumba. La magia celta está muy relacionada con la naturaleza. El tipo de oráculo de las runas es muy parecido en los dos casos. Dónde sí existen verdaderas diferencias es entre el Tarot Celta y el Tarot Vikingo.

Todo aquel que quiera utilizar estos símbolos para la adivinación debe hacer una tirada. En internet se ofrecen tiradas de runas gratis y tiradas de pago. Pero, al igual que otros oráculos, uno mismo puede completar este ritual. Del mismo modo que sucede con el Tarot Vikingo, con el I Ching o con cualquier otro tarot, se lanza una pregunta o se hace una consulta. Y una vez que se colocan en la mesa, se obtiene la respuesta.

Para una correcta tirada, se recomienda crear un ambiente propicio. Dado que se trata de símbolos que albergan una sabiduría ancestral, el tipo de material del que están hechas es importante. El contacto constante con la naturaleza de los vikingos y los celtas les llevó a elaborar sus símbolos con piedra, huesos, madera, cerámica o arcilla. Es recomendable utilizar estos materiales. Al igual que servirse de velas e inciensos para generar un ambiente que nos acerque a la naturaleza y a la esencia.

domingo, 16 de septiembre de 2018

22 misteriosas estructuras descubiertas en la Antártida.



Las misteriosas estructuras encontradas en la Antártida han dado mucho de que hablar en los diferentes medios así como su debate sobre lo que podrían ser y desde cuando han estado ahí. Lo cierto es que la polémica está servida y habrá que esperar cuando dejarán hacer una exploración más detallada del lugar.

El eslabón perdido

Un viaje por África, sea el país que sea, nunca deja de sorprendernos. Cuando parece que las grandes mandas y los paisajes increíbles que desbordan nuestros sentidos, son lo único que se presenta ante nuestros ojos, aparece algo nuevo. Esto ocurrió Tanzania, en el final de la gran falla del Rift. Una falla es una linea de fractura de las placas tectónicas a lo largo de la cual pasa una sección de la corteza terrestre se desplaza con respecto a la otra. Hace 30 millones de años, precisamente esto ocurría al este de África. Una tremenda falla de más de 5 mil kilómetros de longitud cruzaba la zona austral del continente de norte a sur. Esto que parecía simplemente un nuevo accidente geográfico del planeta, que estaba continuamente cambiando, tuvo mucho que ver con nuestra existencia y la evolución humana.

La gran falla del Rift, dividió el Noroeste del continente, creando a su izquierda grandes selvas y es su lado derecho dio origen a las primeras grandes sabanas. Los simios que estaban en este mundo desde hace más de 70 millones de años se dividieron en ambos lados de la falla. Mientras que en las selvas, los homínidos siguieron viviendo sin problemas en medio de grandes árboles que los camuflaban de sus depredadores naturales, los que vivían al otro lado tendrían que adaptarse a una nueva vida. Aunque era una tierra muy rica, carecían de grandes superficies cubiertas de árboles. En ese momento comenzó la evolución de los grandes simios. Los primeros homínidos caminaron erguidos en esta parte del mundo. Lucy, el Australophitecus Afarensis hallado en Etiopía en 1974, fue una muestra de ello. Los restos de su esqueleto se han datado en una antigüedad de 3.5 millones de años. Lucy, -nombre con que bautizaron al homínido porque sonaba "Lucy in the sky daimond" de los Beatles en el momento del hallazgo en la radio del capataz de la excavación-, fue el primer resto del homínido que demostraba, por la conformación de sus rodillas, que andaba erguido. Se trataba de una hembra que apenas pesaría más de 50 kg y mediría poco más de 1,40 m de estatura. Pero era la muestra de la evolución más antigua encontrada hasta entonces. En aquella zona cercana a la actual Addis Abeba comenzaría la evolución del hombre. Los homínidos llevaban ya millones de años en la Tierra y aunque poco tenían que ver con la condición del hombre actual, ya caminaban y se cree que eran carroñeros, pues aún no construían herramientas para cazar o hacer más fácil y llevadera su vida. este paso, del Australophitecus Africanus, al Homo Habilis, con cambios sustanciales en su fisionomía -y cuando empezó a trabajar con instrumentos-, fue el verdadero eslabón perdido, el paso de una especie a otra ¿Cómo pudo cambiar tanto una especie sin un punto intermedio? La antropología se encontró aquí un callejón sin salida. Cuando apareció el Homo Habilis los avances fueron continuos. El HomoErectus, el Neandertal, hace "solo" 200.000 años, hasta el actual Sapiens. Aunque lo que no duda ningún científico es de que el ADN de todos los seres humanos actuales descienden del Australopithecus Africanus, de los congéneres de Lucy.

En aquella época, aunque la vida en África Oriental resultaba más fácil por la temperatura y la abundante comida, el Homo Erestus decidió marcharse y se extendió por toda Europa y Asia, era viajero y curioso. Cualidades que no habían mostrado el resto de los homínidos durante los últimos millones de años. En Tanzania podemos ver todo tipo de restos que se han ido encontrando en la falla del Rift, pero una de las cosas más impresionantes es una huella que dejaron aquellos primeros seres en los suelos volcánicos de aquel, entonces, remoto lugar, junto a una fotografía de la huella que dejó Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. Los avances que no se hicieron en millones de años los estamos realizando en poco más de un siglo. Algo que sin duda está pasando, estos avances en nombre de la civilización no son lógicos, o al menos no están en consonancia con el tiempo que necesita la Naturaleza para realizar cualquier cambio, del tipo que sea. La evolución de cualquier especie ha sido mucho más lenta -para muestra el hombre-. Este último acelerón tecnológico no sabemos hasta donde nos llevará, pero de lo que hay duda es de que realmente es eso, un acelerón. Si a la naturaleza le costo más de un millón de años, lanzando magma a la superficie, crear una simple montaña como el Kilinmanjaro, cómo podemos competir con ella cuando aún no hemos sido capaces de dar una explicación lógica a la evolución humana y seguimos teniendo no uno, sino muchos eslabones perdidos en la historia de nuestro mundo.