lunes, 7 de septiembre de 2020

EL PROYECTO LIBRO AZUL A GOLPE DE CLIC

 




A pesar de lo publicado por diversos medios de comunicación no especializados, el Gobierno de EEUU no hecho ninguna desclasificación de los expedientes del Proyecto Libro Azul, puesto en marcha entre los años 1952 y 1969 por la Fuerza Aérea con el objetivo de investigar toda clase de incidentes ufológicos. El responsable de que decenas de miles de folios puedan consultarse a través de la red de redes en el investigador John Greenewald, que ha empleado cerca de dos décadas en realizar peticiones a las autoridades de EEUU, y finalmente ha decidido poner a disposición de los internautas toda esa ingente documentación en la web theblackvault.com. Todavía hoy en día, la única forma de acceder  a los expedientes del Proyecto Libro Azul en poder del Gobierno es solicitándolo merced a la ley de Libertad de Información. De los de 12.000 informes, alrededor de un 22% no pudieron explicarse convencionalmente por los militares y otros científicos que participaron en la iniciativa. Otro dato interesante en que cuanto más fiables resultaban los testigos, mayor probabilidades había de que los casos fuesen catalogados en el apartado de No Identificados. A pesar de que la finalidad de la Fuerza Aérea no era comprender el fenómeno, sino “matarlo” de cara a la opinión pública, un buen puñado de casos recogidos en los expedientes de momento no han sido aclarados. De hecho, el astrofísico y asesor científico del proyecto, Allen Hynek, acabó abandonándolo, cansado de ofrecer soluciones estúpidas a casos que la tenían, convirtiéndose después en el mejor investigador Ovni de todos los tiempos, ya libre de ataduras oficiales.


Entre los expedientes correspondientes al Protector Libro Azul que John Greenewald ha puesto a disposición de la opinión pública, varios aluden a los sucesos Ovni ocurridos en distintas localidades españolas. Uno de los más interesantes se centra en el avistamiento a pleno día de un objeto volador esférico y de color oscuro que surcó los cielos de Madrid. West y Ellis, dos doctores estadounidenses, se encontraban en la terraza del Hotel Castellana Hilton, cuando observaron atónitos el desplazamiento del No Identificado. Los militares de inteligencia que analizaron la documentación, concluyeron que ambos eran testigos fiables. “…Según contemplaba esa cosa acercándose por el oeste, tuve claro que no se trataba de un pájaro, ni de un avión, ni de ninguna cosa que hubiera visto antes, porque su silueta dibujaba una esfera”, declaró en su momento West a los investigadores. Durante minuto y medio. El Ovni, que no presentaba en su fuselaje ni luces ni distintivos, avanzó hacia el oeste a medida que iba tomando una mayor velocidad.


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