Hace meses, la agencia de noticia de Bulgaria Novinite lanzó un comunicado sorprendente: en una antigua ciudad de la cultura Varna, a orillas del Mar Negro, habían aparecido los restos de un “gigante”.
La cosa fue a más
cuando el director de las excavaciones, el doctor Valeri Yotov, informó a los
medios de comunicación locales del hallazgo del cadáver de un hombre cuyos
huesos eran de un tamaño gigantesco. Según dijo textualmente, “su postura, con
la imposición de manos en su cintura y su cuerpo apuntando hacia el Este –de la
cabeza- y el Oeste –de pies- es una clara indicación para los arqueólogos de
que fue sepultado.
Lógicamente, los
periodistas no tardaron en preguntar qué significaba eso de “gigante”.
¿Acaso era descendiente
de los primeros pobladores que habitaron estas tierras hace 7.000 años, dando
pie a una de las civilizaciones más antiguas y enigmáticas de Europa?
Los varna se asentaron
a orillas del Mar Negro siete milenios atrás, mostrando en poco tiempo un nivel
social y cultural extraordinario. Y al igual que ocurre en los mitos,
desaparecieron de la noche a la mañana a raíz de una gran inundación, dejando
como legado muchas incógnitas i un trabajo del oro como pocas veces se le ha
visto en el pasado.
Esos mismos mitos
añaden que los pocos que sobrevivieron se repartieron por el viejo continente y
África, dando pie a poderosos imperios que surgían después, y que se habrían
nutrido de los conocimientos arquitectónicos, matemáticos y astronómicos de
esta fascinante cultura para levantar los propios.
Y los mitos, que en
esto perecen ser el borrador sobre el que después se sustenta la historia,
hablarían de una raza de gente muy alta que construirían a la misma escala.

No hay comentarios:
Publicar un comentario